1. En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios

1.    Este verso ha sufrido innumerables explicaciones e interpretaciones erróneas, ya que los ateos más arraigados lo han utilizado precisamente para rechazar la Divinidad. No vamos a repetir tales disparates, sino a presentar una explicación concisa: ella, siendo la Luz, en la Luz de la Luz, por sí misma combate y vence los errores.

2.    La causa principal de la falta de comprensión de tales textos es una traducción deficiente y falsa de las Escrituras, del idioma original a los idiomas de la época actual. Pero esto está bien así, porque si el espíritu de tales textos no estuviera tan bien oculto como lo está, el sentido santísimo que reside en ellos desde hace mucho tiempo habría sido profanado de la manera más vil, lo que acarrearía un gran perjuicio para toda la Humanidad. Así, se llegó a roer solo la cáscara, sin alcanzar el Santuario Vivificador.

3.    Ahora, sin embargo, ha llegado el momento de demostrar el verdadero sentido intrínseco de estos versículos a todos aquellos que merecen esta gracia. A los indignos, les prevengo que el perjuicio de ellos será muy grave, porque no permito que en estas ocasiones se me busque con chistes, ni aceptaré condiciones.

4.    Después de esta recomendación imprescindible, vamos a iniciar la explicación. Antes que nada, observo que solo debéis esperar el sentido psicoespiritual, y no el más intrínseco, es decir, el purísimo sentido celestial. Este es sumamente santo y solo podrá ser transmitido sin perjuicio a aquellos que lo buscan por una conducta elevada, de acuerdo con las palabras del Evangelio. El sentido puramente psicoespiritual es fácil de encontrar; a veces, basta una traducción correcta de acuerdo con la época, lo que os será mostrado en la explicación del primer versículo.

5.    Muy equivocada y encubriendo el verdadero sentido es la expresión "En el principio", porque con ella se podría cuestionar el Ser Eterno de la Divinidad y ponerlo en duda, hecho que ocurrió con algunos sabios del pasado, cuya escuela dieron origen a los ateos de aquella época.

6.    Por lo tanto, la verdadera traducción será: En el Ser Primario, es decir, en la Causa Primaria de todo Ser, existía la Luz, el Pensamiento Grandioso y Santísimo de la Creación o la Idea Fundamental. Esta Luz no estaba solamente en Dios, sino también con Dios, es decir, la Luz se manifestó en Su Esencia a través de Dios. Por lo tanto, no estaba solamente en Él, sino también con Él, y envolvía completamente al Ser Divino, lo que nos demuestra la causa de la Encarnación posterior de Dios, que vamos a deducir en el siguiente texto.

7.    ¿Quién era la Luz, ese Pensamiento Grandioso, esa Idea Básica, Santísima de todo Ser Futuro y Real? - Solo podía ser la Divinidad Misma, porque en Dios, por Dios y a través de Dios solo podría surgir Dios Mismo, en el Ser Perfecto y Eterno. Por lo tanto, este texto podría sonar así:

8.    En Dios estaba la Luz, que emanaba de Él, y Dios Mismo era la Luz.

2. Ella estaba con Dios al principio.

9.   Después de haber aclarado suficientemente el primer verso, de manera que cualquier persona con algo de luz propia pueda comprenderlo, el segundo, a su vez, se explica por sí mismo, demostrando que el mencionado Verbo o Luz o el INMENSO PENSAMIENTO CREADOR no podía ser una sucesión del Ser Divino, sino eterno con Dios. Así, Dios, por Sí mismo, también es eterno, no pudiendo ocultar un proceso de origen en Sí mismo; por lo tanto, la explicación es la siguiente: Aquella Luz estaba en el inicio o en la Causa Primaria de todo Ser y Posterior Creación con Dios, en Dios y a través de Dios, por lo tanto, es Dios en Su Esencia.

3. Todas las cosas fueron hechas por ella (la luz), y sin ella nada de lo que fue hecho se hizo.

10.   En este versículo se confirma evidentemente lo que se ha aclarado en el primero, es decir, la manifestación del Verbo o Luz en el Origen de todo Ser y Creación, la cual, sin embargo, aún no se había exteriorizado como tal.

11.   Por lo tanto, este versículo debería sonar simplemente así: TODO SER SE ORIGINÓ DE ESTE SER BÁSICO, EL CUAL ES EN SÍ EL SER DE TODO SER.

12.   Quien haya comprendido completamente estos tres versículos, asimilará fácilmente el cuarto.

4. EN ELLA ESTABA LA VIDA, Y LA VIDA ERA LA LUZ DE LOS HOMBRES

13.   Es comprensible que el Ser Primario de todo Ser, la Luz de toda Luz, el Pensamiento Primario de todos los Pensamientos e Ideas, la Forma Básica como Causa Eterna de todas las Formas, en primer lugar no podía ser sin forma y, por lo tanto, tampoco ser la muerte, porque esta sería el polo completamente opuesto de todo ser. De hecho, en este VERBO o LUZ, o en este Pensamiento Divino en Dios, existía una Vida Perfecta. Dios, por lo tanto, era la Vida Eterna. Perfecta en sí misma, por sí misma, y esta Luz, esta Vida creó los múltiples seres que, a su vez, eran perfectos, de acuerdo con su Creador.

14.   La Vida Primaria de Dios, sin embargo, solo podría ser completamente independiente y libre, de lo contrario no sería vida alguna, de modo que era parte integral de los seres creados. La Perfección Divina solo podía crear seres perfectos, que a su vez se reconocían como tales; pero precisamente este conocimiento les daba la clara noción de que no eran criaturas con origen propio, sino generadas por la Eterna Omnipotencia Divina.

15.   Esta concepción existía, de manera forzosa, en toda la Creación, así como la idea de que su vida era perfecta, al igual que Dios también es perfecto.

16.   Si analizamos este hecho más de cerca, llegamos a la conclusión de que existen dos sentimientos en el ser humano que se desafían entre sí: uno es la convicción de la Perfección Divina dentro de sí mismo; el otro es traído por la Luz Divina, a través de la cual reconoce su existencia temporal de acuerdo con la Voluntad del Creador.

17.   El primer sentimiento iguala a la criatura con el Ser Divino, como si fuera completamente independiente del mismo, porque lo siente dentro de sí mismo; el segundo, a su vez, aunque surge de esta primera noción de vida, reconoce infaliblemente que es una creación de Dios y solo se manifiesta libremente a lo largo del tiempo, por lo tanto, depende de su Causa Primaria.

18.   De esta noción de dependencia surge el sentimiento de humildad y hace que el primero, es decir, el de altivez, también se humille, siendo una alternativa indispensable en la evolución de la criatura.

19.   El sentimiento de altivez lucha, hasta el extremo, contra esta humillación e intenta sofocarla.

20.   En esta lucha surge la rebelión y, finalmente, el odio hacia la Causa Primaria de todo Ser (Dios) y hacia el sentimiento de humildad o dependencia; esta es la causa de la debilidad y la oscuridad en la noción de su origen, y la Luz que antes se manifestaba en la criatura se convierte en noche y tinieblas. La oscuridad ya no reconoce la Luz dentro de sí misma, alejándose en esta ceguera de su Divino Creador.